La industria de la alimentación atraviesa un momento de cambio de hábitos de consumo y de formas de producción que se aceleraron durante los años de pandemia. La especialista Mariela Mociulsky, titular de la consultora Trendsity, con sedes en Buenos Aires y en México, resumió las principales tendencias en el sector, que serán presentadas en la próxima edición del Food Tech Summit, que se realizará el 28 y 29 de septiembre en la ciudad de México.
Las tendencias que cambiaron la industria de alimentos y bebidas:
1 – Búsqueda de equilibrio personal y “planetario”: hay nuevos paradigmas de belleza y salud. Crecen las actividades que involucran el cuerpo y la mente, también un deseo de “regresar a la naturaleza” como utopía de pureza que podría restituir el equilibrio perdido. Esto se refleja en más interés por el origen de los componentes y los procesos de producción y la búsqueda de pureza y simplicidad en ingredientes y usos de productos.
2 – Cultura preventiva: abarca la búsqueda de inmunidad o desintoxicación frente a los excesos a los que el cuerpo se enfrenta. Se observa en el auge de alimentos funcionales probióticos y fortificados, productos detox, productos que incorporan fibras y proteínas para incrementar la saciedad o para el refuerzo de las funciones cerebrales (omega 9).
3 – Ahorro del tiempo, la energía y el dinero: el ritmo de vida acelerado impone cambios en la forma de alimentación. Se necesita ahorrar tiempo, conservar energía y sentirse sano mediante opciones accesibles. Por eso, disminuyen las comidas formales y crece el snack y las versiones “on the go”. Los fast food incluyen propuestas saludables que no resignan practicidad.
4 – Especificidad en productos relacionados con momentos de vida: hay una segmentación de beneficios nutricionales según las necesidades de distintos grupos o segmentos (niños, adultos, seniors, embarazadas, mujeres. Aparecen alimentos con promesas funcionales para mejorar el ánimo, promover la calma, brindar energía adicional, entre otras propuestas
5 – Creciente valoración de lo local y regional: se revalorizan estilos y estéticas locales como modo de expresión de la identidad en un mundo globalizado (marcas locales, sabores locales, valoración del origen y cultura). Los alimentos que se consumen como “cultura”, productos que ayudan a vivir experiencias con sabores más complejos, exóticos, globalizados.
“Una de las grandes paradojas de nuestra época es que estamos compelidos a respetar dos aspiraciones que proponen búsquedas antagónicas: el wellbeing y la productividad. Esto se traduce en la tensión entre cuidarse mediante distintas prácticas y la necesidad de seguir produciendo con energía y eficiencia. Los ganadores de esta tendencia serán aquellas marcas y productos capaces de resolver esta tensión que viven los consumidores mediante productos de calidad, sin olvidar que la salud física hoy también incluye el imperativo del placer”, destacó Mociulsky.
Food Tech Summit es una cita de los profesionales de la industria de alimentos y bebidas donde se busca generar negocios entre proveedores de materias primas y compradores. El evento incluye una exposición, jornadas de capacitación y de networking. Al final del encuentro, Mociulsky presentará conclusiones en base a las tendencias analizadas.
Le pedimos a la alimentación más inmunidad, mejorar el cuerpo y la mente, ser más productivos, vivir bien, tener más concentración. Muchos hábitos se reconsideraron y la industria alimenticia está en un momento de mucha innovación
“La pandemia aceleró el cambio y se perfiló a un nuevo consumidor más activo en la participación, que crea contenidos y los comparte. La salida de la pandemia hizo crecer a muchas industrias que venían cambiando y se esperaba que iban a crecer en algunos años. El impacto en el mundo de los negocios fue contundente porque impuso condiciones que son desconocidas para la sociedad del siglo XXI, una revolución de la forma de trabajar, de las habilidades requeridas en el futuro”, expresó Mociulsky en diálogo con Infobae.
“Las empresas tuvieron que adecuar su modo de producción, de gestión del talento, de comunicación para convocar y fidelizar a las nuevas generaciones. Todo esto implica monitorear hábitos y valores para que las empresa puedan reposiconarse”, agregó.
En el caso de la industria de la alimentación, Mociulsky destacó los cambios en la manera en que los consumidores buscan alimentarse. “Le pedimos a la alimentación más inmunidad, mejorar el cuerpo y la mente, ser más productivos, vivir bien, tener más concentración. Muchos hábitos se reconsideraron y la industria alimenticia está en un momento de mucha innovación, de buscar ingredientes naturales, funcionalidad de los alimentos. También ayudar con los grandes objetivos como reducir el hambre y generar menos residuos”, destacó la especialista.
En este contexto, uno de los grandes temas es que la alimentación de calidad sea más sustentable y accesible a más consumidores. También las mayores regulaciones de los Gobiernos, con leyes de etiquetado y restricciones para campañas publicitarias. “No alcanza solo con una ley de etiquetado; se necesita mucha pedagogía y educación para poder interpretar bien un producto. Como un yogur puede tener más grasa que un snack pero quizás tener otros ingredientes más nutritivos”, detalló.
Entre los desafíos actuales de la industria, Mociulsky señaló el aumento de las conductas sedentarias y la escasez de materias primas. “Crece la digitalización, con más horas frente a la pantallas (gaming, e-sports, metaverso) y entonces hay una necesidad de alimentarse mejor en una vida más sedentaria o con más tiempo en las pantallas. También los cambios geopolíticos influyen porque hay alimentos que pueden llegar a escasear y la industria tiene que definir quiénes van a ser los productores de materias primas, la cadena de valor de la producción de alimentos, la trazabilidad y una logística más sustentable”, indicó.