Alberto se recuesta en CGT (sin Moyano) para subir perfil y sondea bono de fin de año

Alberto Fernández cenó anoche con la “mesa chica” de la CGT en la quinta de Olivos, en un encuentro planificado por el propio mandatario para recobrar protagonismo y sondear entre la dirigencia sindical la oportunidad para lanzar un posible bono salarial de fin de año dirigido a trabajadores del sector privado. Al cierre de esta edición el mandatario y el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, recibían a una comitiva encabezada por dos de los tres secretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña, en tanto que la ausencia del restante, Pablo Moyano, habilitaba una sucesión de especulaciones sobre la interna de la central.

La reunión, que adelantó en exclusiva ámbito.com el domingo a la noche, coincidió con las renovadas expectativas en el Frente de Todos sobre la implementación de un auxilio salarial para trabajadores en medio de la espiral inflacionaria. Tras constatarse una suba de 7% en la canasta básica de agosto el equipo económico que lidera Sergio Massa retomó el análisis de una medida resistida por los sectores más tradicionales de la CGT pero alentada por el espacio que orienta Moyano.

La única certeza en la previa de la convocatoria daba cuenta de un interés mutuo de puesta al día. Para el Presidente, de saber si cuenta con una dirigencia que en general lo respalda pero que siempre resulta sinuosa y con olfato vinculado al poder real. El protagonismo de las últimas semanas de Cristina de Kirchner, por las consecuencias del atentado en su contra, y de Sergio Massa, por sus gestiones en Estados Unidos, dejó a Alberto en un segundo plano incómodo.

No será la primera vez que el jefe de Estado acude a la CGT para levantar el perfil: lo hizo en los últimos actos por el Día de la Lealtad y el de la Militancia, y sobre todo el 1 de julio pasado cuando casi a solas armó un acto en Azopardo a espaldas de casi todo el Consejo Directivo de la organización para el homenaje por un nuevo aniversario de la muerte de Juan Perón. Sólo una promesa de último momento de una pronta solución a un bache financiero de las obras sociales logró que el cuerpo colegiado de la central mantuviese aquel acto en pie.

La cena de anoche tenía como invitados a Daer, Acuña y a los “independientes” Gerardo Martínez (albañiles, Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez, adjunto de CGT y secretario general de los estatales de UPCN. Pese al secretismo que rodeó toda la reunión este diario pudo saber que la central sindical le insistirá al mandatario con la necesidad de fortalecer la herramienta de las paritarias por encima de cualquier otra para administrar la crisis inflacionaria entre los trabajadores. No obstante, entre la dirigencia hay mayor permeabilidad que meses atrás a la eventual implementación de un bono salarial de fin de año, no remunerativo y por única vez, de modo tal que su interferencia sobre las negociaciones paritarias sería mínima.

El mecanismo tendría un efecto similar al de los adicionales pagados por Anses a las jubilaciones más bajas: generar un empate técnico entre los haberes y la inflación para permitirle al Gobierno sostener la tesis de que este año los ingresos no perderán contra el alza en el costo de vida. La CGT, en cambio, se mantiene inflexible respecto de la posibilidad alentada por Cristina de Kirchner de una suma fija permanente sobre los básicos salariales.

El otro dato saliente de la reunión de anoche era la ausencia, al menos al cierre de esta edición, de Pablo Moyano y otros dirigentes de su sector, como también los de la Corriente Federal (CFT) que encabeza el bancario Sergio Palazzo. Aunque es sabida la cercanía de Alberto con Héctor Daer, las reglas de etiqueta de la política y, sobre todo, del sindicalismo, indican que una conducción colegiada debe estar presente completa ante el llamado del Presidente. El hijo mayor de Hugo Moyano desconocía hasta ayer al mediodía una reunión que ámbito.com reflejó la noche anterior en su portada. Y anoche en su entorno ya no ocultaban su fastidio. Algunos incluso le daban aire a la posibilidad de un portazo en la CGT.