No será la primera vez que el jefe de Estado acude a la CGT para levantar el perfil: lo hizo en los últimos actos por el Día de la Lealtad y el de la Militancia, y sobre todo el 1 de julio pasado cuando casi a solas armó un acto en Azopardo a espaldas de casi todo el Consejo Directivo de la organización para el homenaje por un nuevo aniversario de la muerte de Juan Perón. Sólo una promesa de último momento de una pronta solución a un bache financiero de las obras sociales logró que el cuerpo colegiado de la central mantuviese aquel acto en pie.
La cena de anoche tenía como invitados a Daer, Acuña y a los “independientes” Gerardo Martínez (albañiles, Uocra), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Andrés Rodríguez, adjunto de CGT y secretario general de los estatales de UPCN. Pese al secretismo que rodeó toda la reunión este diario pudo saber que la central sindical le insistirá al mandatario con la necesidad de fortalecer la herramienta de las paritarias por encima de cualquier otra para administrar la crisis inflacionaria entre los trabajadores. No obstante, entre la dirigencia hay mayor permeabilidad que meses atrás a la eventual implementación de un bono salarial de fin de año, no remunerativo y por única vez, de modo tal que su interferencia sobre las negociaciones paritarias sería mínima.
El mecanismo tendría un efecto similar al de los adicionales pagados por Anses a las jubilaciones más bajas: generar un empate técnico entre los haberes y la inflación para permitirle al Gobierno sostener la tesis de que este año los ingresos no perderán contra el alza en el costo de vida. La CGT, en cambio, se mantiene inflexible respecto de la posibilidad alentada por Cristina de Kirchner de una suma fija permanente sobre los básicos salariales.
El otro dato saliente de la reunión de anoche era la ausencia, al menos al cierre de esta edición, de Pablo Moyano y otros dirigentes de su sector, como también los de la Corriente Federal (CFT) que encabeza el bancario Sergio Palazzo. Aunque es sabida la cercanía de Alberto con Héctor Daer, las reglas de etiqueta de la política y, sobre todo, del sindicalismo, indican que una conducción colegiada debe estar presente completa ante el llamado del Presidente. El hijo mayor de Hugo Moyano desconocía hasta ayer al mediodía una reunión que ámbito.com reflejó la noche anterior en su portada. Y anoche en su entorno ya no ocultaban su fastidio. Algunos incluso le daban aire a la posibilidad de un portazo en la CGT.