El corazón humano es del tamaño de un puño pero es el músculo más fuerte y el responsable de transportar oxígeno y nutrientes a cada parte del cuerpo, informa en su sitio web la Federación Mundial del Corazón (WHF, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, puede verse afectado por las enfermedades cardiovasculares (ECV). Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa a pesar de que existen hábitos de vida saludable que minimizan el riesgo de padecerlas.
Frente a esto, la WHF instauró el Día Mundial del Corazón que se celebra cada 29 de septiembre con el objetivo de fomentar una vida saludable que ayude a prevenir afecciones cardíacas.
Cómo funciona el corazón
El corazón es un órgano muscular que bombea sangre por todo el cuerpo a través del sistema circulatorio, que está formado por el corazón, la sangre y los vasos sanguíneos.
“La sangre bombeada transporta oxígeno y nutrientes a los tejidos y órganos a través de los vasos sanguíneos, mientras se lleva desechos metabólicos como el dióxido de carbono (CO2)”, explica la WHF.
Concretamente funciona impulsando la sangre mediante dos movimientos: sístole y diástole, comenta a National Geographic el doctor João Vicente da Silveira, médico cardiólogo del Hospital Sirio Libanes de San Pablo, Brasil.
La sístole es un movimiento de contracción por el cual la sangre es bombeada hacia el interior del cuerpo. Mientras que la diástole es el movimiento de relajación del músculo en el que el corazón se llena de sangre.
Así, la actividad circulatoria es fundamental para mantener vivos los tejidos y garantizar sus funciones, destaca João Fernando Monteiro Ferreira, médico cardiólogo del Instituto del Corazón (InCor) del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de San Pablo y presidente del Consejo de Administración de la Sociedad Brasileña de Cardiología.
Por lo tanto, si este órgano presenta alguna alteración, todo el organismo se puede ver afectado de alguna manera.
Cuáles son las enfermedades cardiovasculares
Según Monteiro Ferreira, las enfermedades cardiovasculares son un grupo de afecciones del corazón y de los vasos sanguíneos. Entre ellas, la WHF destaca:
1. Enfermedad cardíaca coronaria, también conocida como enfermedad cardíaca isquémica, es el tipo más común de ECV. Se refiere a los problemas cardíacos causados por el estrechamiento de las arterias coronarias que suministran sangre al músculo cardíaco.
2. Ataque al corazón o infarto de miocardio: ocurre cuando algo, generalmente un coágulo, corta el flujo de sangre al corazón. Es posible que este suceso no sea fatal, especialmente si recibe atención y tratamiento médico inmediato, pero aun así puede causar daños duraderos al corazón.
3. Accidente cerebrovascular (ACV): sucede cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro, lo que hace que este pierda su abastecimiento vital de oxígeno y nutrientes. Un ACV puede ser causado por un coágulo de sangre en la arteria cerebral o cuando un vaso sanguíneo en el cerebro estalla y sangra dañando el tejido cerebral.
A su vez, la OMS menciona otros trastornos del corazón como la cardiopatía coronaria, que afecta a los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco; la enfermedad cerebrovascular, que perjudica a los vasos que irrigan el cerebro; la enfermedad arterial periférica: una enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan a los brazos y las piernas.
Además, nombra a la enfermedad cardíaca reumática que consiste en el daño al músculo cardíaco y a sus válvulas a causa de la fiebre reumática, causada por una bacteria llamada estreptocócica; cardiopatía congénita, malformaciones de la estructura del corazón desde el nacimiento que afectan su desarrollo y funcionamiento normales; y trombosis venosa profunda y embolia pulmonar: coágulos de sangre en las venas de las piernas que pueden desprenderse y moverse hacia el corazón y los pulmones.
Cuáles son los principales factores de riesgo que afectan al corazón
Existen algunas patologías y factores de riesgo que pueden afectar la salud cardíaca. Entre las primeras, da Silveira enumera: hipertensión, diabetes, obesidad y colesterol.
Por otra parte, asegura que la ingesta abusiva de sal, azúcar y harina blanca provoca la inflamación del endotelio (revestimiento de las arterias por las que circula la sangre) y, con el paso de los años, contribuye a la formación de placas de colesterol que conducen al infarto agudo de miocardio.
A su vez, da Silveira menciona algunos factores de riesgo que perjudican al corazón tales como tabaquismo, sedentarismo, antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, estrés emocional crónico, sentimientos de ira, angustia y depresión, consumo diario de alcohol y uso de drogas ilícitas.
7 consejos para prevenir enfermedades coronarias
Si bien algunos factores de riesgo, como los antecedentes familiares, no se pueden modificar, la OMS advierte que la mayoría de las enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir abordando hábitos conductuales.
Entre los más importantes, los especialistas señalan:
1. Llevar una dieta sana y equilibrada: da Silveira aconseja consumir alimentos saludables como verduras y cereales. Propone evitar la sal y los alimentos picantes que contribuyen a elevar la presión arterial y destaca la importancia de beber de dos a tres litros de agua cada día.
2. Hacer ejercicio regularmente: según la OPS, las personas que no hacen actividad física suficiente “tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades de morir prematuramente que aquellas que sí lo hacen”. Da Silveira no recomienda una práctica específica, sino que sugiere elegir una actividad placentera para cada paciente.
3. No fumar: según la OPS, se estima que la exposición a productos derivados del tabaco es responsable del 10% de todas las muertes ocasionadas por ECV. Al dejar de fumar, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce a la mitad dentro de un año, explica la WHF. Además, recomienda evitar la exposición al humo.
4. Evitar el alcohol: no existe un nivel seguro para beber alcohol y los efectos perjudiciales que produce superan ampliamente cualquier posible beneficio protector. Si bien beber menos puede reducir el riesgo de ECV, la evidencia muestra que la situación ideal para la salud es no beber nada.
5. Realizarse chequeos médicos periódicamente: esto contribuye a determinar y controlar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. Entre las mediciones más importantes la federación mundial destaca: la presión arterial, el colesterol y el nivel de azúcar en sangre.
6. Controlar el estrés: dado que “puede provocar que las arterias se contraigan, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, especialmente en las mujeres” revela la WHF. Y propone: “hacer ejercicio, respirar profundamente, relajar los músculos y hacer tiempo para las cosas que el paciente ama son algunas de las acciones que pueden ayudar a controlar los niveles de estrés”.
7. Consultar a un profesional de la salud y tomar la medicación prescrita: es posible que los pacientes con mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular deban tomar medicamentos para reducir su riesgo. Por eso, la WHF recomienda acudir a un especialista y tomar la medicación que el especialista le recete.
La entidad concluye que “abordar solo un factor, como hacer más ejercicio, ayudará. Aunque para reducir significativamente el riesgo de ECV es importante considerar el estilo de vida como un todo”.
Asimismo, si el paciente ya padece una enfermedad cerebro vascular, mantenerse saludable y activo puede ayudarle a vivir más tiempo y reducir las posibilidades de que la patología empeore.