El gobierno se prepara para la recta final de la campaña hasta las PASO con recorridas del precandidato presidencial, Sergio Massa, en el conurbano bonaerense y actos sectoriales y de cercanía, antes de que comience la veda el viernes a las ocho de la mañana. La estrategia oficialista, según comentan en el bunker de campaña ubicado en la calle Mitre, es llegar al 13 de agosto sin sobresaltos y lograr que en esta primera ronda el peronismo alcance un piso de, al menos, el 30 por ciento. Esa, evalúan, será condición necesaria para que el oficialismo encare competitivo las elecciones generales y también un posible ballotage en noviembre.
Por estos días el ministro-candidato se focalizará en el conurbano bonaerense. El sábado estuvo en Berazategui, ayer domingo estuvo en Villa Lugano con Leandro Santoro, Paula Penacca y Andres “El Cuervo” Larroque. Lanzó un nuevo spot y luego encabezó un acto con movimientos sociales en Ferro, que fue convocado por Movimiento Evita, SOMOS/ Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa. Hoy en tanto, participará de un acto con jóvenes estudiantes en la Universidad de San Martín, en el que anunciará una propuesta para el monotributo tecnológico, que consistiría en habilitar para ese sector la facturación en el exterior por hasta tres mil dólares por mes. También está la posibilidad de que ese día participe de un acto de la CTA y, por último, que haga un encuentro con intelectuales.
Mañana martes, en tanto, el evento de la jornada será el acto de la CGT a las 16 en el Directv Arena y, además, el cierre de UxP en Ciudad de Buenos Aires a las 18 en el Gran Rex. Aún no está confirmado que allí asista Massa. El miércoles el protagonismo lo tendrá el cierre de la lista del espacio en Provincia de Buenos Aires, que será en Merlo, distrito gobernado por Gustavo Menéndez. Kicillof volvió a elegir esa localidad, al igual que en 2019. Para coronar, en el comando de campaña están pensando qué hacer el jueves. Posiblemente sea alguna actividad con un formato distinto –más de cercanía y no proselitista tradicional– en la que el protagonista sea Massa. Aún es una incógnita qué hará la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.
La fuerza de los municipios
La estrategia del oficialismo consiste, en esta primera etapa de la campaña, en mostrar a Massa como ministro, concentrado en la gestión y lejos de los actos más vinculados a la liturgia peronista y a la política tradicional. El trabajo territorial y de “músculo peronista” está delegado en los municipios. En esta elección el peronismo apuesta a levantar los números de la fórmula presidencial “desde abajo para arriba”. Quieren que la fuerza del territorio, la organización y la liturgia peronista del conurbano bonaerense sea la que sostenga de abajo para arriba a Massa, en un momento complicado para el gobierno nacional por la crisis económica generada, entre otras cosas, por el enorme endeudamiento con el FMI.
Los intendentes del conurbano están trabajando en esa línea y hay quienes en el oficialismo aseguran que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, sigue “muy de cerca” el tema. De hecho, después de casi tres semanas en las que ella no intervino en la campaña –la última vez que se mostró en público fue con Massa en Ezeiza el 17 de julio– volvió a aparecer el jueves en las redes sociales para compartir un video en el que se mostró con Fernando Espinoza, el actual intendente de La Matanza –bastión del peronismo–, que el 13 de agosto jugará una dura interna contra Patricia Cubría, referente de Movimiento Evita. Cubría, días antes, publicó una foto con el ministro de Economía, tras la suspensión de una caravana que Massa y Kicillof iban a encabezar en el distrito el sábado pasado.
La vicepresidenta, según cuentan, también mira de cerca lo que pasa en los demás municipios donde habrá internas, como es el caso de Hurlingham y Tigre. En el primero competirán Damián Selci, de la Cámpora contra Juan Zabaleta, el actual intendente, y en el segundo, Malena Galmarini, titular de Aysa y compañera de Massa, con el intendente Julio Zamora, con el que Galmarini y Massa están enemistados. El peligro es que esas internas no distraigan a los líderes locales de llevar adelante la verdadera tarea que les asignaron: sacar los votos necesarios para impulsar la fórmula nacional, además de conservar sus distritos.
Kicillof, en paralelo a la tarea de los intendentes en cada localidad, también trabaja por su reelección y reforzó la campaña en los municipios opositores. El gobernador que peleó hasta el final del cierre de listas ir por su reelección, deberá garantizar el triunfo en la provincia que todos conocen como “la madre de todas las batallas”, para no ser cuestionado por propios y ajenos. Por más que Kicillof “traslada con facilidad los votos de CFK”, como aseguraban los que pedían que el gobernador sea el candidato a presidente, la vice no se mostró con él desde que comenzó la campaña. El último acto en el que estuvieron juntos fue el 26 de junio, en la recuperación del avión que había sido utilizado para los vuelos de la muerte, en Aeroparque. El gobernador no estuvo en el escenario, sino sentado en primera fila.
Pasar la PASO
En el comando de campaña aseguran que “las PASO hay que pasarlas”, que ya falta una semana para que ocurran y que “no hay grandes movimientos” que valga la pena hacer a esta altura, más allá de lo que se hizo. Confían que llegarán al piso del 30 por ciento que se logró en las elecciones de 2021 y que lo que cambió desde ese entonces es la aparición y el crecimiento de la figura de Milei, que divide el voto opositor. Confían que ellos deben continuar como están y que del otro lado se incentive la pelea opositora. “La verdad se juega en octubre”, repiten y aseguran que Massa sabe que la batalla final será en el ballotage.
En esta primera etapa de la campaña, el ministro candidato logró algo importante que es un nuevo acuerdo con el FMI. El organismo dejó en evidencia que no tiene intención de colaborar con el gobierno, como sí lo hizo en el pasado con JxC, por la fecha que puso para el desembolso: el 21 de agosto, es decir, una semana y un día después de las PASO. En el equipo del ministro destacan que, sin embargo, Massa logró conseguir el dinero necesario para pagar todos los vencimientos mediante acuerdos con otros países y organismos. Pagó el de julio y agosto con yuanes, créditos de bancos como la CAF y el BIF, y hasta con dinero que consiguió por un acuerdo con Qatar. Una vez que pasen las primarias llegará al país el desembolso de 7500 millones de dólares del FMI y los vencimientos anteriores ya fueron saldados. Por lo tanto, el gobierno contará con más reservas que permitirán intervenir en el mercado y, con eso, intentar controlar la situación cambiaria.
Además, ese desembolso daría tregua para que el ministro-candidato pueda realizar anuncios vinculados a mejoras para el bolsillo como podría ser un bono o una suma fija. Aún no es claro si eso ocurriría antes o después de la PASO, cuando ya se puedan volver a hacer anuncios de gestión. En una entrevista televisiva, el ministro adelantó que “en el corto plazo hay tres cosas centrales: una tiene que ver con la mejora de ingresos, tenemos que resolver el tema de ganancias que va a mejorar el salario de muchos; resolver el tema de la suma fija, sobre todo para los salarios más bajos; y tenemos que tener recursos para fortalecer la situación de los jubilados”. En otra intervención agregó: “Hay que defender la paritaria libre y no eliminarla, como plantean otros, pero también establecer un piso salarial mínimo para los trabajadores en actividad, mediante una suma fija”.