Esta tarde, 31 de agosto de 2023, falleció Silvina Luna con 43 años. Hace tiempo estaba internada y su condición pasaba de grave a estable y muy grave, con un cuadro de hipercalcemia que derivó en una insuficiencia renal aguda. Sus denuncias al médico Aníbal Lotocki por haberle aplicado un tóxico en su cuerpo que le causaron el deterioro de su salud eran conocidas. Sin embargo, a veces pesaba sobre ella un cuestionamiento: ¿por qué se intervino si era hermosa?
La escritora Mariana Enríquez, escribió en sus redes sociales una reflexión desde la pena, pero que afina la puntería: “El cuerpo de las mujeres no puede ser depósito de basura no se puede abusar ni de la confianza ni del deseo“.
“Tan copada y hermosa y sufrió un montón. El cuerpo de las mujeres no puede ser un depósito de basura y no se puede abusar ni de la confianza ni el deseo de ellas. Las mujeres trans hace años que sufren la precariedad y a los locos. Pero nada, esto es para ella, que era graciosa y valiente. Qué pena Silvina”, es el texto de la autora de Nuestra parte de la noche.
El 17 de agosto murió Mariano Caprarola, otro de los pacientes del mismo cirujano. Para la socióloga feminista venezolana Esther Pineda G, especializada en analizar lo que denomina “violencia estética”, la determinación del aspecto deseable pesa con sangre, principalmente sobre las mujeres, pero es un condicionamiento que duele en cualquiera que no encaje en las demandas superlativas de apariencia “deseable”. Este mandato se potenció en estos años por la realidad multiproyectada en redes que invitan a usar un filtro para que la sociedad solo vea la “perfección”.
Silvina Luna se hizo famosa cuando participó de Gran Hermano, era modelo y durante su estadía en el reality se caricaturizó que dentro de la casa había sumado kilos. El eje estaba en que la bella no era tan bella, pero era simpático porque Silvina se lo tomaba con humor. El cirujano que después de múltiples denuncias afirmó que no era especialista en estética, Aníbal Lotocki, le realizó una mínima intervención y ofrecía desde su vitrina la perfección que cualquiera anhela adquirir. Un médico. ¿Quién desconfiaría de él?
Luego de que falleciera Mariano Caprarola, la cosmetóloga Vanesa Rúas compartió también su mala experiencia con Lotocki. Su caso fue menor, pero, de todas maneras, la obligó a realizarse varias intervenciones para resolver la mala praxis del profesional que, en su caso, usó una estrategia sutil, le comentó lo bella que era, pero que con un pequeño toque podía ser perfecta. ¿Tentador, no?
“Violencia estética”, según Pineda G., es una modalidad de agresión sexista que presiona a las mujeres para ajustar su apariencia a un ideal inalcanzable de belleza. ¿Les suena?