Las carteras sustentables que deslumbraron a Máxima Zorreguieta (52) a mitad de año en la Semana del Diseño en Milán llevan la firma de una marplatentense que tiene un supermercado y empezó en la moda por puro hobby. Odette, la marca que transformó el desperdicio en piezas circulares de lujo sostenible, surge de la curiosidad de Cecilia Scarrone.
“Siempre me gustaron las manualidades y aprender cosas nuevas, así que empecé con corte y confección. Pero como soy un poco ansiosa y quería ver el producto terminado en el momento, preferí la marroquinería”. De ese modo cuenta sus inicios la creativa autodidacta que empezó haciendo portacosméticos y terminó estudiando en el Milan Fashion Campus, donde coincidió con Ángelo Russica, quien trabajó muchos años para Versace.
El paso clave en su camino a pura acción fue cuando, en la Semana del Diseño en Milán, su colección cápsula en colaboración con la diseñadora textil Rocío Errecaborde (propietaria y directora creativa de Más Uso) consiguió llamar la atención de la reina de los Países Bajos. Así sus carteras fabricadas con cáscara de naranja, plátano y carbón (todos materiales compostables a partir de descartes de la industria del gin en La Feliz) le dio visibilidad como referente de la moda circular.
Para darle esa identidad a su firma, Scarrone se fue aliando a distintas empresas que le donan materiales para reciclar. Sin dudas, el uso real de los biomateriales en reemplazo del cuero y plástico, llegó muy lejos. Incluso creó portacuentas de restaurantes en presentaciones reciclables, y hasta el Municipio de Mar del Plata, con la aspiración de convertirse en una “ciudad verde”, la convocó para diseñar portacelulares para un congreso.
La estrategia con la que Cecilia Scarrone consiguió la atención de Máxima, al punto de romper el protocolo
“La experiencia con Máxima fue increíble”, rememora Scarrone, quien considera que su “lado de bruja” nunca le falla. Enseguida lo pone así, sin vueltas ni maquillaje: “Cuando me enfoco en algo sé que lo voy a conseguir. Yo sabía que iba a estar Máxima en el lugar e intentamos hacer contacto con la embajada de Holanda y la de Argentina y enviamos mails”.
La idea de generar un contacto para avisar que “había dos argentinas mostrando diseños sustentables” donde iba a estar la reina nacida en Argentina le quitó el sueño. “Queríamos generar ese encuentro. Sabíamos que era importante y que iba a ser de gran visibilidad para nosotras”, analiza revisitando su estrategia para llamar la atención de la royal más chic.
La fuerza de la argentinidad: perservera y triunfarás
Pareciera ser que el argentino no triunfa si no sufre un poco hasta el final. Algo de esa épica hubo en los movimientos de Scarrone. Posicionar una marca a puro pulmón ya sabemos que no es cosa fácil. Como era de esperarse, esos mails nunca fueron contestados: “No nos dieron bolilla”. Pero lejos de resignarse, la diseñadora fue por más.
“Como Rocío llegó más tarde a Milán, le dije: ‘Traé una cinta argentina porque Máxima va a venir a nuestro stand’. Ella, un poco más incrédula me decía: ‘Mirá que va a pasar’. Y yo le replicaba: ‘Vos traé la cinta argentina, porque como que me llamo Cecilia, yo voy a lograr ese encuentro’. ¿Cómo consiguió llamar la atención de Máxima? “Cuando llega la reina al predio me acerqué lo más que pude y empecé a sacudir una de las carteras con la bandera argentina, indicando que estábamos ahí”, relata Cecilia.
A pura emoción por haber cumplido la misión, agrega: “Le dije que éramos diseñadoras argentinas y que estábamos mostrando nuestro producto. Entonces se acerca un seguridad de ella y me pregunta si éramos argentinas. Cuando vuelve a nosotras nos dice: ‘Quédense tranquilas que la reina va a ir a su stand'”.
Lo que sucedió fue tal como lo manifestó Scarrone. “La desviaron del protocolo porque, como vos decís, es considerada la reina del reciclaje. Y ella estaba apadrinando a diseñadores emergentes de su país. Ella sólo tenía estipulado conocer el trabajo de diseñadores holandeses (por eso visitó la exposición This is Denmark), así que fue un gesto hermoso ir a vernos a nosotras”.
Acerca de su encuentro con la royal, a quien su equipo de seguridad hizo desviarse hacia el stand de las argentinas, Scarrone cuenta: “Es muy amorosa. Si bien banalmente en las noticias se hablaba de su trench divino, porque tenerlo en vivo en persona era una cosa majestuosa, charlamos sobre reciclaje, se habló de cómo estaban Holanda y Argentina parados en porcentajes de sostenibilidad. Fue muy enriquecedor desde ese lugar”.
Cómo son y por qué le fascinaron las carteras “hechas con basura” a la reina de los Países Bajos
A Máxima la cautivó saber que estaban fabricadas con biomateriales y residuos. “Le llamó mucho la atención cuando le mostramos la cartera de carbón y le contamos que estaba hecha con las cenizas del asado. Eso le causó mucha gracia y le sorprendió que fueran accesorios cien por ciento compostables”, cuenta Cecilia sobre la royal a quien el reciclaje la interpela de toda la vida.
Claro que la atención de monarca tuvo como corolario una gran repercusión para Odette, la firma de Cecilia, como para Masuso, la de su socia en los textiles. “Impactó más que positivamente e incrementó la necesidad de saber qué estábamos haciendo. Empezaron a interesarse más en lo que es el biocuero y pudimos llevar conciencia al consumidor”, explica Scarrone, quien se define como una devota de la moda. “La amo, y me encanta poder impactar de modo positivo en el planeta”, enfatiza.
Sobre la importancia de que la moda revea sus métodos de producción, la diseñadora apunta: “Tenemos que tomar conciencia, porque a nivel ambiental está haciendo un desastre. Desde mi lugar lo que quiero es llevar la sostenibilidad a un diseño que cualquier persona quiera comprar para llevarlo a una fiesta, para salir a cenar, para su día a día”.
Y analiza las paradojas de la supuesta moda sustentable: “Lo que nos encontramos en Milán, en este sector de nuevos materiales, es que todavía hay mucho en fase de experimentación. Aún no se animan a llevarlos a un producto, y para mí es fundamental empezar a usarlo ayer, no mañana, porque vamos tarde”.
La diseñadora argentina Cecilia Scarrone analiza el estilo de Máxima Zorreguieta
Cecilia Scarrone se anima también a analizar el estilo de la reina que no le teme al low cost. “Sigo hace muchísimo a Máxima y me encanta cómo se viste. Me gustó mucho más lo que llevaba puesto ese día: estaba fresca, con el pelo suelto, maquillada divina; es altísima, imponente. Y trench, ya te digo, era una cosa fabulosa. Quien dijo que era una cortina de baño, realmente no entiende nada. Máxima viste diseñadores holandeses y da mucho lugar a creativos emergentes, que eso es muy importante”.
“Me gusta mucho su estilo y cualquier cosa que lleve puesta, pero ese día estaba vestida fuera de protocolo y fue especial”, agrega la diseñadora.
A la hora de elegir un estilismo reciente de la royal que logró impactarla, Scarrone no duda: “El Iris Van Herpen que lució en París. Alucinante. Como diseñadora, avalo su sentido de la moda. Me encanta”.
Cómo nació la idea de crear carteras con todo tipo de materiales: residuos, biocueros y hasta cenizas de asado
“Rocío (Errecaborde) utiliza cáscaras de naranja y de banana, carbón, desechos de los botánicos del gin, en este caso es la destilería Calmar de Mar del Plata. Y lo último que incorporó es celulosa bacteriana de la marca de Kombucha Bravía, que se fabrica en Sierra de los Padres”, explica la creadora sobre los innovadores materiales estrella de sus diseños.
Y detalla cómo es el proceso con su socia e investigadora textil: “A la hora de que desarrollo producto le voy planteando mis necesidades. Y ella está siempre atenta a mejorar el material para ofrecer lo más parecido a un cuero. Que tenga todas las cualidades, que resista la humedad y la temperatura”.
El proceso de realización de las carteras sustentables que adoró Máxima: hechas en el living de una casa
“Respecto a cuál es el proceso de la fabricación en el living de casa, la realidad es que yo soy autodidacta y siempre me interesó estar reciclando cosas o dándole una utilidad”, detalla la diseñadora que tejía de muy niña y se animó a la costura “mirando tutoriales”.
El gran paso fue cuando después de fabricar monederos y portacosméticos (gracias a una amiga que le regaló rollos y rollos de tela que no usaba) “un día quise desarrollar un producto mucho más grande como era un bolso”.
“Como hago mucho deporte, quería un bolso para natación. Me acostaba pensando cómo tenía que hacerlo y me despertaba y me ponía a dibujar la moldería. Hasta que me di cuenta de que necesitaba capacitarme y ahí empecé a estudiar”, comparte Cecilia, quien después de hacer varios workshops este año estudió tres meses en Milán.
Allí le enseñaron a poder volcar sus ideas en un papel, a lograr un boceto y a desarrollar una idea y un proceso creativo. “Así es como fui desarrollando lo que es hoy Odette”, apunta.
“Hoy gracias a Dios puedo dedicarme a pensar un diseño, a hacer un prototipo y ahí sí mandarlo a un taller. Igualmente no me puedo desprender de la máquina de coser, porque es algo que amo”, dice esta hacedora que prioriza siempre “meter mano” e inspira con su historia.
El boom de la moda circular en Argentina y el greenwashing, los falsos mensajes de sostenibilidad
Sabemos que el camino hacia una verdadera moda circular en el país en algunos casos es más teoría que práctica. “Creo que se está moviendo pero hace falta generar conciencia con educación, sobre todo a los niños”, explica la diseñadora.
“Yo también tengo supermercado y en Mar del Plata todavía no hay una ordenanza para eliminar las bolsas plásticas en los negocios. Me agarra urticaria cuando me piden una bolsa, porque tenemos el mar a dos pasos y el desagüe en la playa hoy es todo basura”, plantea.
Acerca de la otra cara de la supuesta sostenibilidad, Scarrone subraya: “Habría que haber más regulación porque hay mucho greenwashing, no solamente en Argentina, sino a nivel mundial. Hay muchas marcas o empresas vendiendo que ayudan al planeta y por detrás sabemos que no es así”. Por eso cree que la salida es “potenciar la moda circular desde un lugar que pueda llegar a todos los sectores, para que todos podamos tomar conciencia”.
Las segundas oportunidades que las empresas textiles podrían darle a descartes de telas y cueros “podrían retardar la manera en la que llegan a la basura”. Así lo explica la fundadora de Odette, que destaca la labor de la ONG marplatense Palestra: “Allí se les enseña el oficio de costura y emprendedurismo a chicas jóvenes que tienen necesidades. Por eso, todo lo que me sobra a mí yo se los doy a ellas. De esa manera seguimos generando una economía circular”.
Para cerrar, destaca la importancia de que los diseñadores cambien la cabeza “para generar moldes a partir de los cuales no se generen desperdicios o, en todo caso, el menor posible”. Cecilia concluye con una sentencia de por más contagiosa: “Siempre hay algo para hacer, siempre. El que te diga que no sirve un retacito es mentira“.