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26 junio, 2024, 11:05
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Expectativa y realidad: Congreso traba, gobernadores recalculan y opositores se reacomodan

Si al epílogo de esta semana de Javier Milei, encabezando un modesto acto en Córdoba, hubiese que graficarlo en los términos tuiteros que bien domina el Presidente, se debería optar por un meme del estilo “expectativa / realidad”.

El pacto refundacional con los gobernadores al pie y el Congreso disciplinado (al igual que el resto de los actores políticos) que anhelaba el líder libertario tuvo otro final. Su llegada a la Docta fue en soledad, el proyecto Bases sigue empantanado en las comisiones del Senado -repleto de incógnitas-, mientras estalló en Misiones, provincia aliada de Milei, una crisis social que mira el resto del país con temor a un efecto contagio. De yapa, las turbulencias internas mostraron una foto incómoda en el Gabinete, con Nicolás Posse en el ojo de la tormenta. Ni alineamiento externo ni cohesión interna.

Así, el Gobierno observa estos síntomas que podrán determinar un final de la luna de miel y un reacomodamiento de las fichas en el tablero, con una particularidad que se alumbró esta semana: se corrió, tímidamente, la divisoria de aguas y sectores de la oposición no peronista se animaron a tomar posturas conjuntas con Unión por la Patria.

Se demora el Congreso y Milei presiona

Así como los sucesos del verano vieron morir a la Ley Bases de forma violenta, ahora el proyecto clave del gobierno agoniza con lentitud. Lo sabe Milei, que ya acusa a los legisladores por cualquiera de los males que se vengan si no se sanciona la ley: suba del riesgo país, del dólar paralelo, presión impositiva y falta de confianza. Un acorralamiento a senadores, y también a diputados, que podrá tener un efecto contrario al esperado. Desconocimiento del Congreso. En especial, del Senado.

“Vinieron a la primera reunión con un dictamen para que lo firmemos. Pasaba Abdala recolectando firmas. Querían que saliera así, sin debatir”, mencionaba azorado un senador nacional. En rigor, como se viene anticipando, pesan las diferencias insalvables respecto al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), al generoso blanqueo de capitales y la negativa de las provincias al retorno de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias en el paquete de alivio fiscal. Bajo el peine fino: facultades delegadas y el listado de empresas a privatizar.

“Además de que la votación fue por capítulos y no por artículos, se suma que en Diputados tenían los números. En el Senado, no. Por eso se alarga ahora el debate. Pero no es que no leímos el proyecto como están diciendo”, se excusaba un diputado de uno de los bloques federales, ante reflectores que ahora se posan en el análisis laxo de la Cámara Baja.

Como fuera, el Gobierno intentó dinamizar la negociación con los opositores con la inclusión de Victoria Villarruel en la mesa. El primer objetivo es que no haya dispersiones y centralizar el diálogo con los jefes de bloque. Una forma de apostar a la mayoría que la vicepresidenta logró obtener en el verano para designar autoridades, pero también para neutralizar a los líberos Martín Lousteau (UCR) y Guadalupe Tagliaferri (PRO), ambos porteños, que tienen un listado de pedidos autónomos.

El punteo de objeciones del radical es extenso. En cuanto al paquete fiscal, definió al blanqueo como “el más generoso de la historia”, ya que permite blanquear a tasa cero. La flexibilidad en torno a los familiares, la aceptación de la figura del testaferro, los plazos para que ingresen exfuncionarios son otros de los artículos en cuestión, que se cruzan con los análisis de Unión por la Patria.

“El que tiene el dinero afuera, va a poder pagar con 2,25% cinco años del impuesto a los Bienes Personales; mientras la tasa de interés por un plazo fijo en los Estados Unidos es del 5% anual. Con cinco meses de un plazo fijo en los Estados Unidos, se pagan los impuestos a los bienes personales de los próximos cinco años”, apunta el presidente de la UCR. Asimismo, observa que hay una rebaja impositiva para los sectores con mejor situación patrimonial, que son aquellos que declaran Bienes Personales. “Es decir, para la parte más alta de la pirámide de ingresos de nuestro país: los más ricos de la Argentina van a pagar menos”, expresa el senador a su círculo.

En la Ley Bases, el RIGI sigue siendo el apartado más difícil de digerir. A todos los puntos que se mencionaron respecto a los beneficios impositivos inéditos y a la falta de un incentivo al desarrollo de proveedores locales, se van sumando más descubrimientos que traban el dictamen. Por ejemplo, la transferencia de quebrantos. Si la empresa pierde plata, puede darse vuelta y transferirla a alguien. A los tres meses, puede usar el crédito fiscal de IVA y, de hecho, transferirlo si no lo usa.

“¿Con este régimen podrían, por ejemplo, venir inversiones china o saudí que estén interesadas en hacer un puerto, comprar tierras y, después, exportar sin derechos de exportación los alimentos? ¿está restringida o no está restringida? ¿Paga derecho de exportación o no paga derecho de exportación?”, pregunta Lousteau en sus apuntes.

También persisten dudas sobre la autonomía de las provincias, respecto a sus propios programas de compre nacional o el uso de recursos naturales. Ya se dijo en esta columna: anticipa peleas judiciales por la prevalencia de las normas, que terminará en planteos de inconstitucionalidad del RIGI, llegado el caso.

En ese punto, en los cuarteles del peronismo entienden que el RIGI fue escrito lisa y llanamente por los estudios de las grandes empresas que estarían en condiciones de hacer las inversiones, y que el primer punto que quieren blindar es que cualquier controversia se dirima en los tribunales internacionales, como dice el texto actual.

En el oficialismo empiezan a darse cuenta de que acelerar el dictamen puede ser perjudicial, ya que es un complejo juego de jenga en el cual tocar una ficha puede tirar abajo todo el edificio. Villarruel alertó que recibir senadores “sueltos” duplica problemas. “En cuanto te sentaste con un provincial, golpea la puerta uno de otra provincia. Entonces, pasaste de tener una demanda, a tener dos”, dijo la vice a los otros negociadores, el ministro del Interior Guillermo Francos y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi. Lo mismo ocurre con los gobernadores: si para conseguir un voto se giran recursos o se destraban obras, los pedidos se multiplican. Nadie quiere ceder un centavo, y en las provincias ya no se contentan con promesas porque luego pueden no cumplirse. “No le creen al Gobierno”, dijo un conocedor de las ligas del interior.

A hoy, el dictamen no está. Algunos senadores clave como los santacruceños, que pueden definir la votación, no pondrán la firma. Ni siquiera piensan en el recinto, en si acompañarán o rechazarán la ley en general. Falta para eso una eternidad.

Asimismo, hay voces en el oficialismo que ruegan descartar la estrategia para que, si el texto se aprobara con cambios en el Senado, los diputados insistan con el proyecto original. Lo ven como una declaración de guerra que llevaría a tener que lidiar con un Congreso en contra durante toda la gestión.

Los límites dejan de ser K

Esos movimientos en el Congreso marcaron una novedad: los radicales empezaron a tomar posiciones comunes con el peronismo en ciertos temas. Se vio no solo en las comisiones de la Cámara Alta, sino también en los debates por la emergencia presupuestaria en las universidades en Diputados.

Notaron que son opositores a Milei y que coincidir en algunas iniciativas con el kirchnerismo no los deja atados a los bolsos de López. Las equivalencias son fluctuantes y pueden mover el arco político. Lo graficaba un dirigente del PRO porteño, a través de una analogía con las marchas contra la primera Ley Bases. “Primero vino la izquierda a pedir que se permitiera manifestar, después el peronismo por el accionar de la policía, después los radicales cuando se llevaron detenidas a dos chicas que se sentaron en la calle. En un rato, si no desactivábamos la bomba, tenían los dos tercios para remover a un funcionario de seguridad en la Legislatura”, decía.

Es una mala noticia para el Gobierno. Porque si el espanto deja de ser el kirchnerismo y pasa a ser La Libertad Avanza, puede hacer mella en una fuerza escuálida en el parlamento y sin capilaridad territorial.

La lealtad a la Casa Rosada es repensada además en las gobernaciones, sobre todo después del estallido en Misiones, que tiene condimentos locales como el verticalismo del sello gobernante, el Frente Renovador de la Concordia, sin disidencias internas. Al provincialismo misionero Francos le prometió que La Libertad Avanza no jugaría en el distrito, aunque tampoco tendría con qué. Esa promesa en las boletas 2025 no alcanza para desactivar los conflictos sociales, generados por una motosierra feroz hacia las provincias y por una recesión que deja ramas productivas en niveles de pandemia, pese a que Covid es historia.

En ese punto, están todos los gobernadores en la misma bolsa. Además de acelerar paritarias para que actúen como cortafuegos, los mandatarios recalculan la relación con la Casa Rosada. El salteño Gustavo Sáenz, de los primeros en arrimarse al calor libertario, convocó a la dirigencia local a un Pacto de Güemes, una suerte de contrapacto de Mayo autóctono, con cuestionamientos a Nación. Los patagónicos, que habían dejado de ser tan combativos como en marzo/abril, se rearman para mostrar de nuevo los dientes. Misiones es una incógnita. Los mandatarios de Juntos por el Cambio se morigeran: “Apoyamos darle herramientas, pero si vemos algo que está mal levantamos la mano y ahí no acompañamos”, dijo uno de ellos, consultado por Ámbito.

Para todos fue un alivio no colgarse la medalla de patriota en Córdoba. Se descuenta al peronismo duro, que alertó de movida. El pampeano Sergio Zilotto el 2 de marzo, apenas lanzada la convocatoria, ya se había bajado. Los más combativos se fueron acoplando con el correr del tiempo.

Puertas adentro, el piso también cruje. “Hay un clima enrarecido, el anuncio de anoche del Presidente movió el avispero”, confesaba un ministro el viernes, luego de que Milei pusiera a todo el Gabinete en duda, en función de la Ley Bases. El jefe de Gabinete camina por la cornisa: tras confirmar con demoras presencia en los actos de ayer, el Presidente evitó saludarlo y tampoco lo nombró el locutor en el Tedeum.

Aunque está claro que la interna la está ganando Luis “Toto” Caputo, la salida de Posse traerá nuevos espadeos, ya que se trata de un sillón codiciado, no solo por soldados de origen libertario, sino por los importados del PRO.