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26 junio, 2024, 11:15
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La trama del swap con China y la urgencia por los dólares de Luis Caputo: ¿cómo sigue la negociación?

Los rumores respecto de un fracaso en la negociación para renovar el “swap” de monedas con China vienen circulando hace más de un mes en la city. Si eso sucede, Argentina tendría que pagar el equivalente a unos u$s5.000 millones, que corresponden al tramo de libre disponibilidad que el país oriental le otorgó a nuestro país.

“Recordemos que China había congelado la ampliación que había sido acordada por el gobierno de Alberto Fernández (por unos u$s6.500 millones) y lo siguiente sería, en caso de no llegar a un nuevo acuerdo, el pago del tramo utilizado que vence en junio, de aproximadamente u$s5.000 millones”, argumenta Emilia Val, magíster en Sociología Económica y becaria del CONICET experta en problemáticas de la deuda soberana, en diálogo con Ámbito.

Los posibles caminos del acuerdo por el “swap”

Los analistas entienden que, además de ampliarse, puede haber una prórroga del vencimiento o una renegociación de las condiciones. En el Gobierno confían en que “lo van a renegociar y no lo van a pagar ahora”, según dijo una fuente oficial a Ámbito hace unos días.

Pero esas esperanzas parecen diluirse cada vez más en el equipo económico de Luis Caputo a medida que pasa el tiempo. “El cortocircuito en las relaciones con China con la llegada de Milei se deben al marcado cambio de la orientación de la política internacional y los alineamientos geopolíticos, en detrimento de las relaciones con los socios regionales y con potencias emergentes en ascenso como el gigante asiático”, señala Val.

El “swap” es un intercambio de monedas entre en Banco Central (BCRA) y el Banco Popular China (BPC), que se estableció en 2009. En 2014, fue firmado un segundo trato, que se renovó el año pasado, con un tramo de libre disponibilidad de 350.000 millones de yuanes renminbi (equivalentes a unos u$s5.000 millones) dentro de un acuerdo general por unos u$s18.000 millones. Este acuerdo le da al BCRA la posibilidad de mejorar la situación de sus reservas.

El swap es un elemento clave para las reservas del BCRA.

El swap es un elemento clave para las reservas del BCRA.

El gran problema es que, tal como señala Val, “la situación cambiaria y externa continúa siendo frágil a pesar de la calma que se vio en los últimos meses en los mercados de divisas y el proceso de la acumulación de reservas”. De hecho, en los últimos diez días, se nota un efecto de esa fragilidad en la suba de los dólares paralelos y la dinámica más negativa de los mercados bursátiles.

Menciona que un problema que tiene la Argentina es que “el ministro Caputo tiene vedada la colocación de deuda en mercados internacionales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) no está dispuesto a dar financiamiento fresco por el momento, a eso se suma que hay dudas sobre la liquidación de la cosecha y deben atenderse compromisos externos”.

En este marco, la presencia, a fines de abril, del secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, en una misión a China mostraron que el “swap” es un tema central en la agenda del Gobierno. No es un tema menor. Y es que el Gobierno necesita dólares, no exigencias de pago en este momento.

Una seguidilla de conflictos con China

En todo este proceso, Bortz sostiene que el gran problema es que “Argentina ofendió mucho a China, sobre todo en torno a Taiwán, dado que José Luis Espert se reunió hace unos meses con la directora general de la Oficina Comercial y Cultural de Taiwán en Argentina, Florencia Miao-hung”.

Pero esa no fue la única vez. Por un lado, el Presidente dijo en repetidas ocasiones que los gobiernos de izquierda son asesinos. La canciller Diana Mondino señaló recientemente que “los chinos son todos iguales” y varias veces aseguraron que no van a hacer negocios con ningún gobierno comunista.

Así, las reiteradas declaraciones de alineamiento con Occidente (principalmente EEUU), el rechazo a ingresar a los BRICS al inicio del mandato, los episodios de acercamiento de diferentes referentes del gobierno Taiwán (incluyendo a la propia canciller Mondino, que rompe la tradicional posición de la diplomacia argentina en relación al tema) y la inspección técnica que se hizo a la base espacial instalada en Neuquén causaron un esperable malestar en las autoridades chinas y tensiones en el vínculo bilateral.

Asimismo, Noemí Brenta, doctora en economía e investigadora experta en historia de la deuda externa argentina, menciona que se suspendieron las obras que llevaba adelante China en Argentina, en el marco del freno a la obra pública que se aplicó desde el Gobierno. Y, a eso, se le suma “la decisión de no entrar al grupo de los BRICs, un paso que se había logrado gracias al apoyo de China, Rusia y Brasil”.

El Gobierno busca acercarse a China por los yuanes

No obstante, luego de los exabruptos iniciales, parece que el Gobierno muestra mayor pragmatismo en relación con China, intentando acercar posiciones y lograr acuerdos, lo cual está ligado a la búsqueda de condiciones (mantener el intercambio comercial, potenciar inversiones y sostener mecanismos de financiamiento) que le permitan lograr algunos de las metas de su programa económico.

Pero, muchos analistas consideran que las chances de llegar a buen puerto son pocas. “Yo creo que se va a caer, y va a haber que pagarle a China. Por eso, el ministro de Economía, Luis Caputo, estuvo averiguando con varios bancos para conseguir algún préstamo puente”, apunta el economista y magister en economía política Pablo Bortz al respecto.

El gran problema es que eso pone la Argentina en una situación endeble económicamente, no solo porque no tiene las reservas suficientes para hacer frente a ese pago, sino también porque los demás organismos internacionales de crédito pueden exigirle vencimientos.

De hecho, en el último tiempo, se dijo que España amenazaba con acciones ante el Club de París. Se barajaba la posibilidad de que le pediría que Argentina abone los créditos pendientes, si al final debe cancelar el swap con China.

Otra cosa que se comentó en los corredores de la city era que Xi Jinping pretendía que el presidente Javier Milei le escribiera un pedido personal por carta de la postergación del “swap”, algo que parece casi intolerable para el mandatario local luego de su postura internacional contra la izquierda.

El “swap”: un proceso duro de negociaciones con final incierto

En este escenario, Brenta señala que “lo que está pasando ahora es que es un proceso duro de negociación porque el Gobierno ha deteriorado mucho los vínculos con con China y no creo que estén predispuestos a una negociación blanda con Argentina”.

Las autoridades nacionales parecen haber tomado real dimensión de la importancia de China para la economía argentina y eso los llevó a buscar un acercamiento de posiciones. “No obstante esto no supone un cambio radical en los alineamientos externos del gobierno, cada vez más marcados en un sentido pro-occidental”, advierte Val.

Lo cierto es que, por más que el Gobierno se haya “arrepentido” de este tipo de conductas ante el temor a no renovar el acuerdo, Bortz señala que “no depende de ellos, sino de China”. Reconoce que que, “si bien es muy probable que el BCRA no quiera que se caiga el ‘swap’, a esta altura, escapa a la voluntad de ellos y es el país asiático la que va a tomar la determinación”.

Para Val, aunque es difícil, no está descartado de plano que se logre un acuerdo, ya que dice que, a pesar de las disrupciones iniciales con las autoridades actuales, “una mirada de largo mediano y plazo relacionada a intereses estratégicos en la región y en el país, pueden derivar en una predisposición a no escalar los conflictos y llegar, bajo ciertas condiciones, a un nuevo acuerdo negociado que sostenga el swap”.

Así, anticipa que “dependerá de la pericia de los diplomáticos nacionales el resultado de estas tratativas”. No obstante, Brenta apunta que aún “no tenemos detalle de cuáles son los vericuetos de las condiciones del ‘swap’”. Menciona como un elemento para tener en cuenta que el anterior tramo que se canceló en cuotas, por lo que, quizás es una opción en este caso también. El problema es que eso debilitaría mucho las reservas y hay que ver cómo se hace frente a un eventual reclamo de dinero por parte de China.