El magnesio y las proteínas son dos nutrientes indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo. El magnesio es esencial para una correcta función muscular, el sistema nervioso y el mantenimiento de huesos saludables, mientras que las proteínas son fundamentales para la regeneración de tejidos, el desarrollo muscular y la producción de enzimas y hormonas.
Consumir semillas de calabaza es una forma sencilla y efectiva de incorporar estos componentes en la dieta diaria. Por eso, cada vez es más común evitar deshacerse de estas pequeñas pepitas verdes cuando se limpia la calabaza para extraer la pulpa. Son además versátiles ya que se consumen tanto crudas como tostadas y pueden ser usadas en diversas preparaciones culinarias.
Los beneficios de las semillas de calabaza para la salud
Las semillas de calabaza son ricas en una variedad de nutrientes esenciales que ofrecen beneficios para múltiples aspectos de la salud. Estos son solo algunos de ellos:
- mejoran la salud cardiovascular: Los ácidos grasos insaturados, como los omega-3 y omega-6, junto con el magnesio, ayudan a reducir el colesterol LDL, aumentar el HDL y regular la presión arterial, protegiendo el corazón.
- fortalecen el sistema inmunológico: El zinc y el magnesio presentes en las semillas de calabaza son importantes para la producción de células inmunitarias y la regulación de la respuesta inmunológica, lo que previene infecciones.
- promueven la salud digestiva: Su alto contenido de fibra fomenta un tránsito intestinal saludable, previene el estreñimiento y mejora la absorción de nutrientes.
- protegen contra la osteoporosis: Gracias a su contenido de zinc y magnesio, las semillas de calabaza ayudan a mantener la densidad ósea, previniendo la descalcificación y fortaleciendo los huesos.
- reducen de la inflamación: Los antioxidantes, como la vitamina E, y los ácidos grasos poliinsaturados
presentes en las semillas, reducen la inflamación en el cuerpo y protegen las células del daño oxidativo.
Cómo ayudan las semillas de calabaza a generar proteínas
Las semillas de calabaza juegan un papel clave en la producción de proteínas dentro del cuerpo gracias a su contenido de zinc y hierro, dos minerales esenciales para este proceso. El zinc es crucial para la síntesis de proteínas y la producción de ADN, ambos necesarios para la división celular y el crecimiento de nuevos tejidos. Sin esta función, el cuerpo no podría reparar ni generar células de manera eficiente, lo que afectaría el desarrollo y el mantenimiento de los órganos y músculos.
Por su parte, el hierro es vital en la creación de hemoglobina, una proteína que transporta oxígeno a través de la sangre a todos los tejidos del cuerpo, lo cual es esencial para el funcionamiento adecuado de los órganos y la prevención de enfermedades cardiovasculares.
El valor nutricional de las semillas de calabaza
Las semillas de calabaza son una gran fuente nutricional, ricas en una amplia variedad de nutrientes esenciales que las convierten en un alimento imprescindible en una dieta equilibrada:
- calorías 525 g
- proteínas 32 g
- hidratos de carbono 13,5 g
- grasas totales 42 g
- fibra 5,4 g
- índice glucémico 75
- vitamina A 38 mcg
- vitamina B1 0,21 mg
- vitamina B2 0,32 mg
- vitamina B3 1,70 mg
- vitamina B5 0,35 mg
- vitamina C 1,80 mg
- vitamina E 26 mg
- calcio 43 mg
- hierro 14,95 mg
- fósforo 1.168 mg
- manganesio 3 mg
- potasio 809 mg
- sodio 18 mg
- zinc 7,48 mg
Cómo incluir semillas de calabaza a la dieta
Estas son algunas maneras prácticas y versátiles de disfrutar de las pepitas de calabaza mientras se aprovechan sus beneficios nutricionales:
- Snacks: Se pueden consumir tostadas y saladas entre comidas.
- Ensaladas: Agregarlas a ensaladas para darles un toque crujiente y nutritivo.
- Cereales y yogur: Espolvorearlas sobre cereales, avena o yogur para mejorar su textura y contenido nutricional.
- Panes y postres: Incorporarlas en la masa de panes, muffins o galletitas para añadir sabor y nutrientes.
- Batidos: Mezclarlas en batidos para enriquecerlos con proteínas, grasas saludables y fibra.
- Sopas y cremas: Utilizarlas como topping en sopas y cremas para agregar un contraste crujiente.
- Platos principales: Añadirlas a platos como arroces, quinoa o pastas para un extra de nutrición y textura.
- Salsas y pesto: Se pueden incluir en la preparación de salsas como el pesto, sustituyendo o complementando otros frutos secos.