El anuncio del martes del presidente Javier Milei acerca de la posibilidad de levantar el cepo cambiario en marzo, si se dan ciertas condiciones inflacionarias, causó grandes sorpresas. Y es que en marzo faltarán cinco meses para las elecciones legislativas y ese sendero inflacionario se vería a priori sacudido, salvo que las reservas se vieran engrosadas en forma significativa en la previa. Por eso el miércoles Milei agregó las condiciones monetarias, que según analistas lucen incumplibles de acá a cinco meses. Lo que sí comienza a adelantar el mercado es uno de sus pasos previos: la baja del crawling peg.
En ese sentido, el vicepresidente del BCRA, Vladimir Werning, dijo acerca del crawling al 2%: “Ese crawling fue un ancla. Hoy, a medida que las expectativas inflacionarias convergen hacia él, actúa más como un factor de inercia”. El dólar subiendo 2%, por debajo hasta ahora de la inflación, es efectivamente un ancla: los transables se mueven por debajo del IPC y por ende traccionan a la baja. Con los precios acercándose a ese nivel, habrá que llevar al dólar más abajo para que en vez de factor inercial siga siendo ancla. A eso se le suma que la baja de la tasa de interés le quitó potencia al incentivo por el crawling peg. Con el dólar más abajo, lo recuperará.
El martes Milei adelantó los pasos a seguir para salir del cepo y ese esquema promisorio incluía la baja del crawling. En una disertación durante la gala anual de la Fundación Endeavor, dijo: “Si durante dos meses más repetimos números en esta línea, vamos a estar bajando el crawling peg a 1% y cuando repitamos 3 meses de 1% vamos a estar liberando el mercado de cambios”. Ese plan solo incluía a la variable inflacionaria. Es decir que no se preocupaba por la chance de que una mayor demanda de dólares, dada la salida del cepo, genere una disparada de los pesos que el Tesoro y los bancos tienen encajados en el BCRA, con previsible impacto en precios y salarios.
Pero durante el miércoles, en una entrevista con Radio Rivadavia, Milei agregó alguna otra condición clave: “Primero tenemos que chequear que por tres meses la inflación se ubique en torno del 2,5%, luego llevar el crawling peg al 1%, y si para febrero o marzo tenemos la inflación en el 1,5%, y además se verifica que desaparece el sobrante monetario y terminamos de solucionar los problemas de stock del Banco Central, ahí podemos abrir el cepo”.
Ahí la clave: eliminar el sobrante monetario. En el pasado el Gobierno detalló varias veces cuál sería la señal de que eso hubiese ocurrido en forma exitosa: si la base monetaria, hoy en $26,1 billones empata a la base monetaria amplia (lo que antes incluía la bola de Leliq o Pases y que hoy son Lefi y depósitos del Tesoro en el BCRA), hoy en $47,7 billones.
El analista financiero Christian Buteler explicó: “La base monetaria hoy es la mitad de la base monetaria amplia. Es necesario que la base monetaria crezca un 100% para cumplir esa meta y absorber el excedente de pesos. No hay posibilidad de cumplirlo en cinco meses. Con una inflación de 3% no necesitás tantos pesos extra. Haría falta un rebote monumental de la actividad para que crezca tanto la demanda de moneda local. Debería volar exageradamente la actividad, de hecho. El resto de las condiciones, las de la inflación, se pueden llegar a dar. Pero, con sobrante de dinero, salir del cepo va a afectar al tipo de cambio y al resto de las variables. El Gobierno necesita un incremento de la demanda de dinero para que no haya emisión por sobre ella. Y así, tras tirar esos pesos a la calle, que no suba el dólar. Uno no imagina al Gobierno haciendo eso sin eliminar el excedente monetario justo en marzo, cerca de las elecciones”