La UCR de Corrientes se encamina finalmente, sino hay alguna presentación judicial de último momento del sector de Colombi que lo impida o demore, a la elección interna que busca determinar quien presidirá el partido. “El 7 de diciembre se presentarán las listas y si hay más de una iremos al 22 de diciembre a elegir alternativas de radicalismo en Corrientes”, dijo al programa Hoja de Ruta el viernes pasado, el interventor del partido, Julián Galdeano.
La interna de la UCR es un hecho central en la vida política de Corrientes porque se trata de dirimir diferencias en el partido hegemónico de la alianza electoral que gobierna hace más de 20 años. Esto implica que los resultados no sólo tienen incidencia partidaria sino que pueden significar una reconfiguración de la alianza que lidera.
La contienda electoral se da en un contexto de uso de tecnologías de la comunicación como herramienta ineludible de este tiempo. Puede pensarse el partido como un espejo, en una dimensión más pequeña, del sistema de partidos que a su vez, se inscribe en el sistema democrático que implica el apego a normas que regulan y canalizan los conflictos y las diferencias con elecciones periódicas. Dicho en términos de Adam Preworski “la democracia es un mecanismo para procesar conflictos”, simple pero contundente.
El partido tiene autoridades, sistemas de representación y un sistema electoral de internas que dirime las diferencias y que, por lo tanto reconoce el disenso y los institucionaliza.
Pero los partidos políticos argentinos, (y los locales no son la excepción) no tienen mucho apego a las internas y caen, de manera inveterada en prácticas que eluden las elecciones. Ante la situación las diferentes posturas o liderazgos terminan solucionando generalmente con un hiperconsenso o simples acuerdos de cúpulas que aplastan las miradas divergentes fortaleciendo los poderes hegemónicos.
Esta preponderancia de algunos líderes que funciona casi siempre con los barones del poder, crea una burocracia partidaria y estatal estable que no muestra voluntad de competir por el poder dentro de internas.A la falta de práctica democrática de elecciones internas se le suman las legítimas y usadas posibilidades de judicializar estos procesos cuyo objetivo es dilatar o suspender el acto electoral que además, en caso que analizamos, el partido radical está intervenido por unanimidad del Comité Nacional del radicalismo.
Pero ¿qué se discute en la UCR de Corrientes? ¿Liderazgos o modelos? ¿Están en juego las personas o los proyectos? Todo indica que la disputa es por el liderazgo más que los modelos.
Las personalidades tan fuertes como las de Colombi y Valdés, se manifiestan con lenguajes, formas y herramientas diferentes. Los estilos de los líderes por lo tanto son ostensiblemente diferentes en sus manifestaciones públicas y en sus estilos de comunicación.
Valdés comprendió rápidamente la convivencia de la política digital con la territorial, es decir que participa de actos de gestión y político en sus formatos y escenarios reales pero usa, y mucho, los espacios digitales. Colombi retrasó el uso de las nuevas formas de comunicación personal y política y el ejemplo más evidente, lo mostró, el uso de un viejo modelo de teléfono Nokia en un tiempo donde ya habían aparecido nuevos modelos con mejor tecnología que podían comprarse en cualquier lugar de la provincia. De todos modos el ex gobernador Colombi empezó a usar las redes oficiales de la UCR cuando era su presidente y lentamente fue abriendo facebook o Instagram con su nombre, pero simplemente como apoyo de su incansable trabajo territorial.
Gustavo Valdés en cambio usó todas las herramientas contemporáneas desde el primer día de su gestión para comunicar diferentes tipo de noticias desde el cronograma de sueldo a un día de pesca en el interior. No olvidemos que los ejes de su programa de gobierno, entre otras cosas, está la modernización y el uso de nuevas tecnologías por lo tanto las proliferación de posteos, fotos y videos hablan de una mayor comprensión del lenguaje digital que muestra un repertorio de intereses diversos, obviamente, dirigido a públicos amplios y sobre todo enfocado a las nuevas generaciones.
Sin embargo, este uso de las nuevas formas de comunicación no ha suplantado a la presencia territorial y el trato personal con los ciudadanos. Sabemos que quien está en función usa legítimamente los resortes del estado para publicitar actos de gobierno en todo el territorio lo que puede leerse como gestión pero también como política pura y Valdés lo ha usado y comunicado.
Habitamos un mundo mutante donde las tecnologías están presentes en nuestras vidas cotidianas y en el caso de la política constituyen herramientas “necesarias” para la mayor y mejor comunicación. Pero lo que sucede en redes no desplaza totalmente a la política pedestre.
La idea que sobrevuela este tiempo es que las redes, es decir, las tecnologías, actúan como facilitadores optativos de la comunicación, aunque la paradoja es que su impacto es tan grande que su uso termina convirtiéndose en obligatorio-no forzado para todo aquel que quiera participar de la arena pública. Nadie quiere quedarse afuera del juego y todos en definitiva usan pantallas y todos somos alumbrados por ellas. Por convicción o conveniencia usamos estas herramientas.
Esto nos plantea una cuestión central: ¿cómo y en qué grado participamos de la mutación de prácticas del uso de tecnologías que cada vez más invaden nuestros espacios de discusión pública? Los defensores de la innovación sostienen que democratiza la producción, circulación y promoción de la información. Ahora ¿más información es mejor información?
Otros ponen el acento en el hecho que las redes permiten la aparición y proliferación de noticias falsas y los críticos más agudos, además de todo lo anterior, sostienen que simplifican peligrosamente temas complejos, navegan en la superficialidad y enfatizan sólo aspectos aparienciales de las personas o hechos comunicados y son acríticos debido a la imposibilidad de asimilar el volumen de información y datos disponibles. Una foto tras otra, situaciones que duran segundos y llega inmediatamente otra de igual intensidad tornan imposible cualquier lectura reposada.
El cambio de época trajo consigo el cambio de protagonistas. Pero, ¿qué pasa con los que suben últimos al tren? Los que usan pero sin las habilidades de los que aprendieron rápidamente el lenguaje de la política digital. Podríamos usar la imagen de Alessadro Baricco cuando habla de anfibios que se adaptan a los tiempos con branquias de google. Algunos viven con naturalidad en estos espacios digitales y otros van adaptándose lentamente.
Todo esto veremos en las próximas internas de la UCR de Corrientes. No es un debate de ideas ni propuestas y mucho de lo que veremos en lo que resta hasta el comicio se verá en redes.
En síntesis la celebración de internas en los partidos, y en este caso en particular en la UCR, sirve para canalizar institucionalmente las diferencias sin que eso implique la ruptura del sector que pierde el comicios. La identidad partidaria trabaja sobre cierta homogeneización interna que logra solidaridades estables porque los sectores internos que, a pesar de las divergencias mantienen afinidades de principios, valores y prácticas que los unen logrando diferenciarse de los otros partidos.
La democracia interna devuelve al partido la condición de establecer relaciones dialógicas con los sectores aún en las tensiones, ordena los términos de la discusión y el consenso y lo solidifica en sus convicciones. Por otro lado tenemos ante nosotros a dos líderes que disputan en poder de un partido central en la vida política de Corrientes que se moverán en el territorio pero también veremos la presencia fantasmal de lo digital que será usado, espacio donde a veces se producen las declaraciones menos esperadas.