El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este martes por la noche que llegó a un acuerdo técnico con la Argentina para un préstamo de U$S 20 mil millones.
Sobre el cierre de la semana quedaría sellada la suerte del acuerdo, que llegará en medio de un clima financiero internacional adverso y de alta volatilidad. El croquis del programa es conocido y aunque su contenido todavía se mantiene reservado, se espera alguna redefinición del esquema del dólar a cambio de un desembolso amplio inicial que llegará tras la luz verde eventual del directorio.
Si esta semana sesionara el directorio y aprobara de manera definitiva el acuerdo Extended Fund Facility (EFF), el primer desembolso, cuyo monto todavía no se precisó, podría llegar ese mismo día a las arcas del Banco Central, como ha sucedido en otras ocasiones luego de votaciones del board. La urgencia por ese primer envío de divisas está explicado en la debilidad de las arcas internacionales, que este martes cerraron en USD 24.600 millones brutas y un riesgo país que llegó a superar los 1.000 puntos.
“El acuerdo se basa en los impresionantes avances iniciales de las autoridades en la estabilización de la economía, respaldados por un sólido ancla fiscal, que está generando una rápida desinflación y una recuperación de la actividad y los indicadores sociales. El programa respalda la siguiente fase de la agenda de estabilización y reformas de Argentina, cuyo objetivo es consolidar la estabilidad macroeconómica, fortalecer la sostenibilidad externa y generar un crecimiento sólido y más sostenible, a la vez que se gestiona el contexto mundial más complejo”, indicó el organismo en un comunicado el martes por la noche.
En el mercado todavía hay expectativas de que se conozca el contenido acordado con el staff antes de la sesión del directorio, una práctica común para este tipo de negociaciones. Fuentes con conocimiento del funcionamiento del Fondo Monetario aseguran que esa primera instancia en la que se hacen públicos los documentos con las políticas acordadas no es obligatoria pero suele ser tradición.
Así, citan como ejemplos algunos programas críticos de los últimos años en el organismo como fue el de Grecia, Ucrania, Islandia, Egipto y los dos argentinos en 2018 y 2022, muchos de ellos también en situación de urgencia. En todos los casos el staff level agreement fue dado a conocer antes de la aprobación del directorio, aunque sea con pocos días de anterioridad. En el Gobierno y el FMI no respondieron consultas sobre si ese procedimiento se cumplirá o directamente la letra chica será conocida luego de la votación del board.
En el mercado abundan las lecturas sobre si la situación económica global, mucho más crítica que hace pocas semanas atrás, no cambió el escenario en la mesa de negociación. El propio comunicado escueto del FMI .
Según un informe de Adcap Grupo Financiero, “el gobierno parece estar alineándose con el pedido del Fondo de modificar el régimen cambiario, lo cual está en línea con nuestro escenario base.
Por su parte, la Fundación Mediterránea identificó “un conflicto no saldado” entre el objetivo de sostener la estabilidad hasta las elecciones legislativas de octubre sin ejecutar “correcciones en la política monetario-cambiaria” y la posibilidad que tiene el Fondo Monetario de “financiar un plan de esas características”.
“Aunque se anuncie que esos instrumentos no se modifican, el interrogante se focalizaría en las dificultades para acumular reservas bajo ese escenario y en la magnitud que podría tener la suba de las tasas de interés domésticas, con el consiguiente riesgo de tener que modificar el programa antes de lo previsto”, planteó ese centro de estudios con base en Córdoba.
Por último, analizó que “si el programa arrancara con una nueva política monetario-cambiaria, funcional a un objetivo ambicioso de recuperación de reservas, una capitalización mayor del Banco Central sería necesaria” y que eso no desancle ni al tipo de cambio ni a la inflación “de modo que no sea necesario subir demasiado las tasas de interés para tal objetivo”.
En el Gobierno insisten en que el programa será de USD 20.000 millones, que todos los dólares que entren serán de libre disponibilidad, y que es un error “restar” de la cuenta el pago de intereses de los próximos cuatro años porque están recién empiezan a ser relevantes desde el 2027. Pero como esos pagos no van a ser anticipados, todos los dólares que lleguen “adelantados” a esas fechas, son considerados “usables” para el Banco Central.
El Gobierno tiene como alternativas utilizar la totalidad de los fondos que mande Washington para cancelar la mayor cantidad posible de Letras Intransferibles -estimaciones de mercado calculan que todo ese stock suma unas USD 23.000 millones- y así dotar de inmediato al Banco Central con un refuerzo en sus arcas internacionales, o bien darle una secuencia a ese proceso de rescate de las letras. La debilidad de las reservas en el BCRA parecen indicar que cuanto antes pueda dotar de poder de fuego a la entidad, más efectivo será el acuerdo para calmar la inquietud de los mercados.