En un primer tiempo en el que el Xeneize no hizo pie en Parque Patricios, el arquero se erigió como la gran figura con tapadas de alto calibre.
Si Boca -por ahora- no pierde en Parque Patricios, la explicación tiene nombre y apellido: Agustín Marchesín. Sin atisbos de mejoras y replicando los mismos problemas de funcionamiento que en todo el ciclo de Miguel Ángel Russo, el arquero, cuestionado en los últimos partidos, se puso el mote de salvador para sostener el 0-0 contra Huracán.
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El Xeneize sufrió más de la cuenta en el primer tiempo, ante un Globo que cambió la imagen de sus primeras presentaciones y salió a ´comerse´ la cancha de arranque. Apenas corrían 14 minutos cuando el golero de 37 años empezó a transformarse en figura con una atajada digna de handball, levantando su pierna ante un desvío que tenía destino de gol.
Fabio Pereyra ganó en las alturas tras un córner y en el camino la pelota impactó en la cabeza de uno de sus compañeros, lo que dejó a mitad de camino a Marchesín, ya prácticamente acostado hacia su izquierda. Sin embargo, repentizó con su pierna derecha arriba y evitó el primero del local.
La crucial atajada con el pie de Marchesín para salvar a Boca y evitar el gol de Huracán
Y no fue la única. Porque cuando la primera etapa llegaba a su final y el entretiempo tocaba la puerta, Marchesín otra vez dijo presente para que Boca respire. Matías Tissera corrió a la espalda de la defensa xeneize y se fue mano a mano, pero allí irrumpió la humanidad del arquero para tapar una situación clarísima.
