Con 18 yaguaretés en el Iberá, se recupera parte de su ecosistema

La reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá genera un impacto positivo en este ecosistema. El regreso de la especie al Parque Nacional comienza a evidenciarse en lo que respecta a la recuperación de procesos ecológicos, estos podrían generar efectos en cascada sobre los eslabones más bajos de la cadena trófica y regular procesos como la herbivoría y la competencia, según informó la Fundación Rewilding Argentina.

Con 18 yaguaretés viviendo libres en el Iberá, los impactos esperados comienzan a evidenciarse positivamente. Por lo tanto, el Parque Nacional podría resultar un ecosistema más diverso, más resiliente y con mayor capacidad de secuestrar carbono y colaborar con la mitigación del cambio climático.

La teoría ecológica predice que con los yaguaretés que habitan el Iberá “algunos de los impactos esperados comienzan a evidenciarse, ya que monitoreos científicamente robustos permiten documentar los efectos sobre el ecosistema que resultan del regreso de su depredador tope”. Con técnicas científicas, estas predicciones son llevadas adelante por institutos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Proyecto Yaguareté y Rewilding Argentina, con el apoyo de National Geographic Society, que aunaron esfuerzos para hacer frente a tareas de evaluación y monitoreo de “una manera sólida y confiable acerca de los efectos del yaguareté sobre el ecosistema, que es una tarea fundamental pero sumamente compleja”, manifestaron.

Para el investigador del Conicet e integrante del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (Ceiba), que trabaja en el Proyecto Yaguareté, la reintroducción de esta especie que se está desarrollando en el Iberá, “es realmente un hito para la conservación del yaguareté a nivel mundial”. Agregó además que “tenemos esa satisfacción de que venga saliendo todo tan bien, y esperanzados en que se pueda seguir multiplicando esta población y tal vez replicando la experiencia en otros lugares”.

Por su parte, el investigador Carlos De Angelo, del Conicet-Ceiba, expuso que el proyecto “implica una experiencia muy única en entender cuál es el rol que el yaguareté tiene en este ecosistema. Por ejemplo, los carpinchos forrajean en los pastos del Iberá, pero ahora que ya está el yaguareté, posiblemente cambiaron su comportamiento y ya no forrajean de la misma forma”.

Con la desaparición de una especie clave, como lo es el yaguareté, se pierden también sus interacciones ecológicas, afectando la estructura y función de los ecosistemas donde habitaba. En este marco, la reintroducción de la especie mencionada tiene como uno de sus grandes objetivos recuperar relaciones ecológicas en las que este depredador participaba.